Ese día, jorge me esperaba con un cuento.
Cuando se hizo mayor, su padre le dijo: “Hijo mío: no todos nacemos con alas. Si bien es cierto que no tiene obligación de volar, creo que sería una pena que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado”.
_ Pero yo no sé volar – contestó el hijo
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